Corazones de rosa

“No hay maquillaje en el mundo que pueda embellecer un corazón feo”  Kevyn Aucoin

Dicen que la belleza brota del alma…y para mí no hay nada más cierto. La bondad del corazón se refleja en el rostro, y los pensamientos nobles nos embellecen mejor que ninguna crema.

Hace unas semanas atrás estuve en la Carrera de Susan G. Komen. ¡Qué muchas mujeres bellas había allí! Mujeres solidarias que corrían para darle esperanza a otras. Mujeres valientes, que se enfrentan al cáncer con el abrazo de la comunidad que las apoya. ¡Rostros realmente hermosos!

Allí no  había tristeza ni caras largas, a pesar del sufrimiento que significa el cáncer. El ambiente era de pura alegría, un carnaval de pueblo, donde todos se unían en un inmenso acto de generosidad colectiva. Comparsas, batucadas, pleneros, el vacilón boricua en su máximo esplendor y por una linda causa.

Por supuesto, no faltaron los caballeros que se unieron a la carrera, uno que otro mostrando un lindo brassierito. Y los niños que disfrutaron de una carrera especial para ellos, además de chorreras inflables y jueguitos.

Como siempre se regalaron muestras de productos para la mujer, desde dulces con calcio hasta desodorantes…muy adecuado para la ocasión. La carpa de Banana Boat también ofrecía bloqueador solar.

Hay algo que nos transforma cuando se hacen actos generosos y nobles; los rostros se relajan, la alegría los transforma…no hay ceños fruncidos ni labios apretados, sino caras con sonrisas sinceras, las más bellas.

Al finalizar la actividad había una gigantesca masa humana color rosa que se dirigía al tren algo cansados pero felices. Y ahí fue cuando la naturaleza se unió mágicamente a la celebración: de momento, ¡el atardecer también se pintó de hermosos colores rosados!

¡Hasta la próxima, amigas!

Y sigan… ¡siempre bellas!

Arlene

Hasta el cielo se pintó de rosa...